A partir de 1940, México entró en un largo proceso de estabilidad política y bonanza económica. El México contemporáneo abarca la segunda mitad del siglo XX que estuvo marcado por la industrialización y modernización del país; por una serie de crisis económicas en las últimas décadas; por una creciente participación de la sociedad que buscaba abrir los espacios políticos. Fueron décadas en las que se consolidó la televisión y el cine.
El país fue unido a través de carreteras y rutas aéreas. Atrás quedó el rostro rural que fue sustituido por el paisaje urbano. Las ciudades crecieron y la población, que en 1910 era de 15 millones de habitantes llegó casi a los 100 millones al finalizar el siglo.
La Reconstrucción del País
La Constitución fue promulgada en 1917, pero en algunas regiones de México la guerra continuó hasta 1920. Cuando terminó, muchas cosas habían cambiado. El país quedó en manos de una nueva generación de hombres y mujeres fogueados en la revolución.
Las huellas de la destrucción eran palpables en la agricultura, las minas, las fábricas y el comercio; los caminos, los puentes, las vías de ferrocarril, los cables del telégrafo, y muchas otras instalaciones.
Muchos soldados y civiles murieron en las batallas, o a manos de los bandidos que aprovechaban el desorden, o por el hambre y las epidemias que provocó la lucha. Muchos hombres y mujeres salieron del país, sobre todo a los Estados Unidos de América, para buscar trabajo, o perseguidos por sus enemigos políticos.
Otros se fueron a vivir a las ciudades, en especial a la capital, porque eran más seguras. En 1910 México tenía algo más de quince millones de habitantes; en 1921, contaba con poco más de catorce millones. Entre muertos, desaparecidos y exiliados, durante la revolución la población del país disminuyó en aproximadamente un millón de personas.
Las actividades productivas estaban paralizadas. Lo único que seguía funcionando con cierta regularidad eran los campos petroleros y algunas minas, que eran propiedad de extranjeros y fueron respetados para que no hubiera dificultades con los gobiernos de sus países.
Así fue como cambio la población de México.
La cultura y las ciudades
La consolidación del México contemporáneo
Gracias a esta estabilidad, en el país floreció la cultura. En 1934 se termina en la capital el Palacio de Bellas Artes, comenzado durante el Porfiriato. Alberga desde entonces los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional, fundada en 1928 por el compositor Carlos Chávez, así como exposiciones y funciones de ópera, teatro y danza.
En 1931 se filmó la primera película sonora y en los cuarenta, las películas que dieron a esa década la fama de época de oro del cine mexicano y lanzaron al estrellato, entre otros, a María Félix, Dolores del Río, Pedro Armendáriz y Cantinflas.
En la literatura se escribió de un modo nuevo sobre México. Comenzando los treinta, el grupo de los contemporáneos trajo a México las ideas más avanzadas de los artistas europeos. En 1947 se publicó Al filo del agua, de Agustín Yáñez y, en 1955, Pedro Páramo del también jalisciense Juan Rulfo, novelas que marcan el inicio de nuestras actuales letras. También hubo una nueva oleada de reflexión sobre nuestra identidad. Samuel Ramos y Octavio Paz, entre otros, escribieron acerca del mexicano. En la pintura, el muralismo cedió el paso a otras formas de expresar la realidad.
En los años cincuenta, las ciudades experimentaron tal crecimiento que fue necesario planificar su expansión. Se construyeron los primeros multifamiliares y las primeras vías rápidas en la ciudad de México.
A principios de los años sesenta, el país que nos legó la revolución se había transformado casi en el México que conocemos hoy.
Crecimiento Económico
La Consolidación del México Contemporáneo
La industrialización produjo grandes cambios en la economía mexicana. También el mundo cambió. Se fue haciendo cada vez más interdependiente; es decir, cada día fue siendo más importante para cualquier país lo que sucediera en los demás. Con estos cambios, hubo alzas de precios en muchos productos.
Para reducir el alza de precios y de salarios, el gobierno comenzó a gastar menos y a frenar el aumento de los sueldos a los trabajadores. Con esto los costos se estabilizaron, las finanzas del gobierno mejoraron y la economía comenzó a crecer con muy poca inflación; es decir, sin que se hiciera circular más dinero y los precios estuvieran aumentando continuamente. Por casi veinte años el gobierno de México sostuvo con buenos resultados este plan económico, que se llamó desarrollo estabilizador.
El país fue unido a través de carreteras y rutas aéreas. Atrás quedó el rostro rural que fue sustituido por el paisaje urbano. Las ciudades crecieron y la población, que en 1910 era de 15 millones de habitantes llegó casi a los 100 millones al finalizar el siglo.
La Reconstrucción del País
La Constitución fue promulgada en 1917, pero en algunas regiones de México la guerra continuó hasta 1920. Cuando terminó, muchas cosas habían cambiado. El país quedó en manos de una nueva generación de hombres y mujeres fogueados en la revolución.
Las huellas de la destrucción eran palpables en la agricultura, las minas, las fábricas y el comercio; los caminos, los puentes, las vías de ferrocarril, los cables del telégrafo, y muchas otras instalaciones.
Muchos soldados y civiles murieron en las batallas, o a manos de los bandidos que aprovechaban el desorden, o por el hambre y las epidemias que provocó la lucha. Muchos hombres y mujeres salieron del país, sobre todo a los Estados Unidos de América, para buscar trabajo, o perseguidos por sus enemigos políticos.
Otros se fueron a vivir a las ciudades, en especial a la capital, porque eran más seguras. En 1910 México tenía algo más de quince millones de habitantes; en 1921, contaba con poco más de catorce millones. Entre muertos, desaparecidos y exiliados, durante la revolución la población del país disminuyó en aproximadamente un millón de personas.
Las actividades productivas estaban paralizadas. Lo único que seguía funcionando con cierta regularidad eran los campos petroleros y algunas minas, que eran propiedad de extranjeros y fueron respetados para que no hubiera dificultades con los gobiernos de sus países.
Así fue como cambio la población de México.
La cultura y las ciudades
La consolidación del México contemporáneo
Gracias a esta estabilidad, en el país floreció la cultura. En 1934 se termina en la capital el Palacio de Bellas Artes, comenzado durante el Porfiriato. Alberga desde entonces los conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional, fundada en 1928 por el compositor Carlos Chávez, así como exposiciones y funciones de ópera, teatro y danza.
En 1931 se filmó la primera película sonora y en los cuarenta, las películas que dieron a esa década la fama de época de oro del cine mexicano y lanzaron al estrellato, entre otros, a María Félix, Dolores del Río, Pedro Armendáriz y Cantinflas.
En la literatura se escribió de un modo nuevo sobre México. Comenzando los treinta, el grupo de los contemporáneos trajo a México las ideas más avanzadas de los artistas europeos. En 1947 se publicó Al filo del agua, de Agustín Yáñez y, en 1955, Pedro Páramo del también jalisciense Juan Rulfo, novelas que marcan el inicio de nuestras actuales letras. También hubo una nueva oleada de reflexión sobre nuestra identidad. Samuel Ramos y Octavio Paz, entre otros, escribieron acerca del mexicano. En la pintura, el muralismo cedió el paso a otras formas de expresar la realidad.
En los años cincuenta, las ciudades experimentaron tal crecimiento que fue necesario planificar su expansión. Se construyeron los primeros multifamiliares y las primeras vías rápidas en la ciudad de México.
A principios de los años sesenta, el país que nos legó la revolución se había transformado casi en el México que conocemos hoy.
Crecimiento Económico
La Consolidación del México Contemporáneo
La industrialización produjo grandes cambios en la economía mexicana. También el mundo cambió. Se fue haciendo cada vez más interdependiente; es decir, cada día fue siendo más importante para cualquier país lo que sucediera en los demás. Con estos cambios, hubo alzas de precios en muchos productos.
Para reducir el alza de precios y de salarios, el gobierno comenzó a gastar menos y a frenar el aumento de los sueldos a los trabajadores. Con esto los costos se estabilizaron, las finanzas del gobierno mejoraron y la economía comenzó a crecer con muy poca inflación; es decir, sin que se hiciera circular más dinero y los precios estuvieran aumentando continuamente. Por casi veinte años el gobierno de México sostuvo con buenos resultados este plan económico, que se llamó desarrollo estabilizador.